DOSIFICACIÓN Y MODO DE EMPLEO DEL HUMUS DE LOMBRIZ
Plantas
en maceta
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120
gramos cada tres meses
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Plantas
perennes de jardín
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40
gramos por planta cada mes *
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Árboles
frutales
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2,5 kg
por año. Repartidos en primavera y otoño.
Distribuir alrededor del tronco mezclándolo con la tierra de la superficie y regar. |
Trasplantes
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Frutales:
1.5 kg
Arbustos: 0.5 a 2 kg según tamaño Plantas: 60 grs. |
Setos
y arbustos ornamentales
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1.5
kgs. por año
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Césped
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En la
siembra 400 Kgs por 1000 m2. Mezclado con las semillas.
Abonado anual 200 kgs por 1000m2. Aplicar a voleo |
Semilleros
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80%
sustrato y 20% Humus
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Hortalizas
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40grs
por semilla al plantar
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Cultivos
Hortícolas
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2 kg. Por
metro cuadrado
Barbechar el terreno a la profundidad que requiera el cultivo a sembrar. Regar un poco la superficie para humedecer el terreno. Distribuir el humus de manera uniforme sobre toda la superficie del terreno. Regar abundantemente el humus distribuido. Una vez aplicado deberá regarse de acuerdo con las necesidades del tipo de planta o cultivo. |
Marihuana
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Mezclar
al 50 % del contenido del recipiente.
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* 40 gramos de producto equivale a un puñado, por tanto,
al aplicar 120 gramos en una maceta deberá incorporar 3 puñados de humus en
su maceta.
Estas dosificaciones son orientativas, y es importante que
usted sepa que nunca quemará la planta por muy excesiva que sea la dosis.
En los abonos químicos si la dosis no es exacta en su
aplicación que es lo que sucede
normalmente, puede acarrearle problemas, mientras que si usted se excede en la dosis de humus, no existe ningún problema con la planta. Como mucho usted estará derrochando muy poquito dinero.
Insistiendo en los abonos químicos su diferencia con
abonos orgánicos como el humus es que fertilizan a la planta, la nutren, pero
no mejoran la tierra. Los abonos químicos funcionan como un antibiótico, le
curan la enfermedad, pero no dejan actuar a las defensas del cuerpo, por el
contrario le dejan secuelas secundarias.
También debe considerar que su aplicación en la mayoría de los casos dependerá de las condiciones del suelo. Cabe señalar que siendo el humus un fertilizante orgánico puede aplicarse sin perjuicio en cualquier período, para obtener el máximo rendimiento puede tener en cuenta realizar las aplicaciones después de la cosecha y antes de la floración.
Como ha podido comprobar no existe por tanto una fórmula
general de abonado, ya que existe una gran cantidad de factores de
influencia, como pueden ser, tipo de suelos, disponibilidad y tipo de agua, …
Por tanto aconsejamos que su experiencia particular sea su propia guía
pudiendo ser benévolo en su dosificación. Para cualquier duda póngase en
contacto con nosotros y le atenderemos gustosamente.
La cantidad a incorporar en uno u otro caso dependerá de los análisis químicos de la tierra y del humus. Al abonar un suelo se le restituye o se mejora su fertilidad mermada porque las raíces han absorbido de él continuamente sustancias nutritivas. Es necesario aportar al suelo de modo regular la misma, cantidad de elementos sustraídos e incluso algo más para compensar la fuga de nutrientes consumidos por las malas hierbas. Los principales elementos que se han de reponer, además del carbono y el oxígeno, son el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Incompatibilidades, estacionalidad. Otros datos a tener en cuenta sobre nuestro humus:
Es uno de los pocos fertilizantes orgánicos naturales,
carece de cualquier tipo de toxicidad y es el único abono orgánico con flora
bacteriana (40 a 60
millones de microorganismos por c.c.), capaz de enriquecer y regenerar
las tierras.
Es el fertilizante orgánico por excelencia, un producto que sale del tubo digestivo de la lombriz y procedente de estiércol animal de la mejor calidad, enriquecido posteriormente en su elaboración con materia orgánica antes de ser procesado por las lombrices. Cuando hablamos de abonado y fertilización, nos referimos a la incorporación de materia orgánica y/o nutrientes minerales. Pero abonar no es lo mismo que fertilizar. Al fertilizar mejoramos las propiedades del suelo para aprovechar al máximo la aplicación de los nutrientes contenidos en los abonos. Esto quiere decir que usted puede compatibilizar la utilización del humus con cualquier otro tipo de abono orgánico o químico, con lo que obtendrá unos mejores resultados.
Los ácidos resultantes de los procesos de degradación de
la materia orgánica, disuelven parte de los productos minerales del suelo y
los hacen aprovechables para la nutrición de las plantas. La acción
microbiana favorece la desaparición del efecto residual de la aplicación de
herbicidas y otros productos fitosanitarios. El nitrógeno contenido en el
nuestro humus, se encuentra en forma asimilable por las raíces, con la
ventaja de ser retenido en la capa cultivable del suelo, evitando ser
arrastrado por las aguas de lluvia o de riego a capas más profundas fuera del
alcance del sistema radicular. La modificación que produce en la población
microbiana del suelo, la hace muy apta para fijar el nitrógeno
atmosférico.
También reduce la necesidad de pesticidas químicos, al
producir plantas saludables que son menos susceptibles a plagas de insectos,
enfermedades y heladas.
La modificación de las características físico-químicas del
terreno, hace que se incremente el grado de disponibilidad del fósforo y
potasio para la planta. El humus incorpora al terreno micro elementos (cobre, manganeso,
cinc, magnesio, hierro, boro, etc.) que son muy necesarios para la actividad
y desarrollo vegetativo de las plantas.
El humus reduce la erosión y mejora la estructura del
suelo: los suelos arenosos retendrán mejor el agua, mientras que las arcillas
desaguaran más rápido. El mejor drenaje permite al agua fluir a capas más profundas,
en vez de encharcar la superficie y correr por la línea de pendiente. También
ayuda al crecimiento de las raíces que retienen el suelo.
Al aumentar la retención hídrica de los suelos, disminuye el consumo de agua en los cultivos. Por
este motivo, además de sus propiedades como fertilizante, se emplea para
disminuir el alto consumo de agua que presentan algunas instalaciones.
INCREMENTA PUES, LA DISPONIBILIDAD DE NITRÓGENO, FÓSFORO,
POTASIO, HIERRO Y AZUFRE, LA EFICIENCIA DE LA FERTILIZACION, PARTICULARMENTE
DEL NITRÓGENO. ESTABILIZA LA REACCION DEL SUELO, DEBIDO A SU ALTO PODER DE TAMPÓN,
INACTIVA LOS RESIDUOS DE PLAGUICIDAS, DEBIDO A SU CAPACIDAD DE ABSORCIÓN E
INHIBE EL CRECIMIENTO DE HONGOS Y BACTERIAS QUE AFECTAN A LAS PLANTAS. MEJORA
LA POROSIDAD, Y POR CONSIGUIENTE LA PERMEABILIDAD Y VENTILACIÓN. REDUCE LA
EROSION, CONFIERE UN COLOR OSCURO AL SUELO, AYUDANDO A LA RETENCION DE
ENERGIA CALORÍFICA.
ES FUENTE DE ENERGIA E INCENTIVA LA ACTIVIDAD MICROBIANA.
AL EXISTIR CONDICIONES OPTIMAS DE AIREACIÓN,
PERMEABILIDAD, PH Y OTROS, SE INCREMENTA Y DIVERSIFICA LA FLORA MICROBIANA.
UTILIZACIÓN EN ALMACIGOS. Se obtiene una rápida
germinación de las semillas y un crecimiento sano y acelerado de los
plantones.
UTILIZACIÓN EN TRANSPLANTES. Evita el “shock” del
trasplante. La planta llega a plena madurez antes, sus flores son muy
coloreadas y perfumadas, y sus frutos son más coloreados y enriquecidos en
azúcar y vitaminas.
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